Cómo hago para... perder peso y adelgazar gratis

Llega el verano y de nuevo te planteas perder unos kilos. O tienes una ocasión especial y quieres perder un par de kilos gratis. O el médico te ha dicho que tienes la tensión alta y tienes que bajar de peso. O has dejado de fumar y has ganado unos kilitos. Existen muchos métodos y dietas que te intentan ayudar a perder peso, pero casi todos exigen un montón de voluntad, e incluso hay algunos que son directamente poco sanos y te pueden hacer tener problemas médicos:
Habrás oído hablar de la dieta Dukan, de la dieta de la alcachofa, de la dieta de que separa los hidratos de carbono de las proteínas y las grasas... Hay muchas y todas proponen ser efectivas. Sin embargo, exigen mucha voluntad (hay que comer determinados alimentos o a determinadas horas) o, pueden ser directamente perjudiciales.
Si quieres seguir cualquiera de esas dietas mi recomendación es que lo hagas siempre de la mano de un médico endocrino. Sin embargo, existe un método muy sencillo para perder unos kilos, y que no necesita nada de esfuerzo y te permite comer de todo...
Para explicarte el truco hay que empezar definiendo que tu peso actual se debe al equilibrio entre lo que comes y lo que gastas en tu esfuerzo diario. Vamos a explicarlo: normalmente tu peso varia en unos kilos cada año (sueles engordar en verano y en invierno y perder en primavera y otoño), pero varía sobre un punto de equilibrio. Ese punto de equilibrio - con el que puedes estar contento o no - es el fruto de sumar lo que comes y restar el ejercicio que haces de forma natural.

El truco para perder peso es, simplemente, variar ese equilibrio con una acción diara: tienes que cambiar dos acciones cada día, una en cada sentido, y perderás peso de forma natural. La primera acción está relacionada con el gasto: todos los días tienes que hacer algo que no hacías antes. ¿Ejemplos? Pasear el perro diez minutos más, subir las escaleras en vez de coger el ascensor, bajarte una estación de metro antes y andar a tu casa... tú eliges. Naturalmente el efecto será mayor cuanto mayor sea el ejercicio diario, pero tienes que escoger algo sencillo y que puedas hacer todos los días. No vale decir "voy a ir al gim todos los días" o "voy a correr 10 kilómetros todos los días", porque - entre tú y yo - sabes que no vas a hacerlo. Tiene que ser algo simple, pero que puedas hacer todos los días.

El segundo cambio tiene que estar relacionado con el ingreso. Igualmente tiene que ser algo que puedas repetir todos los días: cambiar la leche normal por desnatada, dejar de tomarte ese "algo" de la máquina de dulces del trabajo a media mañana, dejar de tomar pan en la cena... Cuanto mayor sea el cambio, mejor, pero igual que antes, tiene que ser algo que puedas repetir todos los días sin esfuerzo y que sea factible.

Esta es la diferencia con las dietas antes mencionadas: sólo haces dos cambios menores, sistemáticos, y el resto de tu vida sigue igual: lo que comes, las cervezas con los amigos, cenar fuera... No tienes que poner tu cuerpo a prueba comiendo solo proteínas hasta que caigas enfermo. Solo alteras levemente tu equilibrio y en unas semanas verás como bajas naturalmente de peso y sin rebotes. Si quieres perder más, sólo tienes que repetir el truco, incidiendo más la segunda vez en el ejercidio y menos en el ingreso de calorías... ¡no es cuestión de pasar hambre!

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen sistema, lo voy a probar desde hoy mismo, ya os contaré...